A veces el optimismo es una mentira piadosa que esconde un salto de puenting con sogas de ahorcado y, terminamos ahogándonos en un panal de miel presos de patas en él, y es que así se escribe la historia, entre laberintos de emociones sinceras y prejuicios que obedecen a nuestros estereotipos mas que al ejercicio de escuchar, comprender y valorar antes de juzgar. ¿que por que escribo esto? pues porque siempre he sido un poco enrevesado para hablar de cosas sencillas y por darle un puntillo literario a esto ¿no?.
Han pasado casi ocho meses y casi 30 conciertos, desde que comenzamos la gira «Pequeños teatros 2011-2012» y que acaba de terminar con un increíble concierto el pasado 2 de junio en el Vicente Calderón como broche de oro para una experiencia acojonante tanto en lo personal como en lo profesional.
El viaje hacia los mundos particulares de mis compañeros de gira ha sido una autentica aventura, en la que nos hemos ido descubriendo poco a poco y hemos ido prolongando nuestros abrazos cada vez unas décimas de segundo mas, pues iba pesando el paso de los kilómetros, los que tal estás?, las bromas absurdas de furgoneta, los mira que mono esta mi chaval, los que capo sos y los no estoy de acuerdo, que al final, si los ojos están mirando hacia adelante también suman.
No ha sido fácil pero si maravilloso. Y es que no cabe duda que en esta pandilla de seres humanos imperfectos si algo nos sobra es pasión que se nos cae por los laos pero al final, subir al escenario y verse rodeado de gente feliz, emborrachándose de energía, sintiendo cada canción, cada riff, cada ritmo, cada frase y cada acorde como si se fuera a acabar el mundo mañana y apurando después del concierto para prolongar ese estado como busca un yonky que le dure mas el «viaje», es algo extraordinario. Muchas veces uno se sorprende compartiendo el escenario con una maraña de egos mas propia de los Borgia y Maquiavelo, que de seres humanos como es el caso, que aunque con barro en los zapatos ( y de eso nadie se libra) tienen un músculo sano que diría Ariel Roth que no les cabe en el pecho.
Cuando hace ya muchos años, siendo un chaval, decidí inconsciente y testarudamente que la música seria mi vida, fue para llegar a disfrutar con esta intensidad cada concierto, y no para pensar entre riff y riff que mañana tengo que ir a comprar un mueble al Ikea, que eso es lo más parecido a estar musical y personalmente muerto.
Por estas y por alguna que otra cosilla más y como de bien nacidos es ser agradecidos no puedo menos que acordarme aquí de esta alineación de estrellas que como la del Atleti del doblete, se recita fácil y con cariño: Dani, Cris, Carlos, Iñaki, Mati, Paco, Nitro, Piña, Quique, Michel, Josito, Bori, Caco, Maria, Mister Ortiz, Patricia, Ivan, Basilio, Akimoto, Carmen, Huga, Manolo y por supuesto… Merche!. Gracias!!!